miércoles, 7 de mayo de 2014
Monologo Interior
Dios mío, qué hambre, qué dolor y qué angustia; mi estómago vacío se vuelve loco, necesito comer algo, aunque bueno, eso mismo pensó el que esta mañana iba en bicicleta y se comió el suelo, destrozándose los dientes, tan destrozados como lo estaba mi corazón cuando, unas horas antes veía un mensaje de ella en el que rompía conmigo. "Son cambios de vida, de ritmo y maneras..." esa canción del disco de Izal; "Palos de ciego" y nunca mejor dicho, los que doy yo que no se ni lo que hago, que me estoy quedando sin uñas del hambre que tengo. Son ya demasiados dolores que no se van: el hambre, la perdida y hasta el accidente del pobre ciclista me duele, como "Agujeros de gusano", otra canción del disco, que veo el principio, veo la enormidad, pero no dónde acaban, ni a dónde me llevan...
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